Mesas marineras: el encanto costero que conquista el verano
Aunque en Colombia no tenemos estaciones marcadas como en otras latitudes, porque estamos ubicados en la zona ecuatorial, los meses de julio y parte de agosto suelen estar asociados a vacaciones familiares. Muchas personas aprovechan este período para viajar, descansar, ir a la playa o disfrutar del clima cálido en piscinas, fincas y destinos turísticos. Por eso, aunque no hablamos de “verano” en sentido estricto, esta época del año tiene para nosotros muchas de las características que en otros países se relacionan con esa estación: más luz, más tiempo al aire libre y un ambiente de relax que también se refleja en la mesa.
En este contexto, una de las tendencias más evocadoras y frescas en decoración de mesas es el estilo marinero. Inspirado en la vida costera, este estilo conecta con el deseo de desconexión, de naturaleza y de elegancia relajada.

Una mesa marinera no necesita estar frente al mar para transmitir esa atmósfera. Bastan algunos elementos clave, elegidos con intención, para crear una experiencia que evoque las brisas saladas, las comidas al aire libre y los días de descanso sin prisa. Los tonos azules, desde el navy profundo hasta los celestes más suaves, se combinan con blancos puros y detalles en color arena o coral para crear una paleta que respira frescura y naturalidad.
Colores y materiales que evocan el mar
Los materiales juegan un papel fundamental a la hora de construir este estilo. El lino natural, la cuerda, la cerámica artesanal y la madera envejecida o lavada aportan textura y autenticidad. Un mantel blanco o crudo puede convertirse en el lienzo ideal sobre el cual construir la escena. Sobre él, un camino de mesa a rayas o en tono azul marino refuerza el estilo costero sin necesidad de recurrir a decoraciones temáticas demasiado literales.

La paleta de color es sencilla y poderosa. El azul es protagonista, pero se enriquece con matices de blanco, beige, arena, coral e incluso detalles metálicos en tonos bronce o dorado viejo. Estos últimos ayudan a dar un toque más sofisticado a una ambientación que, por naturaleza, tiende a ser relajada y fresca.
Vajilla, decoración y puesta en escena
En cuanto a la vajilla, la tendencia apunta a piezas que no solo sean funcionales, sino que también aporten carácter. Platos de melamina con acabados cerámicos en tonos oceánicos, vajillas ilustradas con motivos de peces, corales o anclas, vasos en vidrio tintado aqua y cubiertos de acero o con mangos rústicos se combinan para lograr una estética equilibrada entre lo decorativo y lo práctico. El toque final puede estar en pequeños detalles como servilletas enrolladas con cuerda natural, adornadas con ramitas de romero fresco o alguna concha recogida del mar.
Los centros de mesa también se inspiran en elementos naturales. Frascos de vidrio con velas, madera flotante, estrellas de mar, redes decorativas o botellas de vidrio azul permiten crear composiciones sencillas pero llenas de carácter. Si la comida se sirve al centro, estas piezas deben ser bajas y funcionales para no entorpecer la conversación ni la circulación de los platos.

Complementar esta ambientación con limonadas caseras, pan artesanal, aceitunas, frutas de temporada o incluso mariscos fríos es una excelente forma de cerrar el concepto. Todo en armonía, todo pensado para disfrutar.
La mesa marinera no es solo una tendencia visual: es una invitación a vivir esta temporada con todos los sentidos. A compartir, a crear memorias y a traer un pedacito del mar —aunque sea simbólicamente— a nuestra mesa.
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